Un chofer de Coata abandonó a 18 pasajeros en una ruta de Córdoba

En un viaje nocturno el colectivo sufrió un desperfecto y el conductor tuvo que realizar un cambio de coche, pero se olvidó de algunas personas. Los perjudicados, sorprendidos, tuvieron que pedir auxilio por cuenta propia.

Este lunes a la madrugada sucedió un insólito hecho con un colectivo de la empresa Córdoba Coata, que durante los últimos años sufrió distintos accidentes en varios de sus coches. Un grupo de pasajeros denunció una situación tan extraña como preocupante.

Ocurrió en un viaje nocturno, recorrido Córdoba Capital-Isla Verde, localidad del departamento Marcos Juárez. Tras un desperfecto mecánico, el chofer del ómnibus solicitó asistencia y cambió de coche, pero se olvidó de 18 pasajeros a bordo.

Antonela Cesano, una de las damnificadas, relató su versión en un hilo de Twitter.

“Anoche un grupo de 18 personas vivimos una experiencia inimaginable. Veníamos en viaje desde Córdoba y de la nada nos despertamos a las 3 de la mañana sin entender por qué estábamos al costado de la ruta, en Etruria (un pueblo del interior de la provincia)”, comenzó.

Primero reaccionaron con un poco de humor, pero luego intentaron averiguar qué pasaba. “Uno bajó a buscar el chofer y no estaba, abrimos el porta equipaje y no estaban los bolsos, no había nada”, contó. Y reconoció que estaban confundidos: “No podíamos creer que era real”.

“La llave del colectivo estaba puesta. Estábamos abandonados a la deriva”, agregó. Y lamentó que estuvieron “horas varados al costado de la ruta”.

“Bajamos todos y llamamos a la Policía del pueblo, que por supuesto tardó en llegar… al rato vemos venir un (colectivo) Coata que viajaba para el lado contrario, le hicimos seña, el chofer se bajó y se hizo cargo de la situación”, declaró Cesano.

Luego confesó que el conductor “estaba incrédulo, no podía entender que eso estaba pasando”, y lo elogió ya que según cuenta “todo se resolvió gracias al chofer y su acompañante”, quienes siguieron camino hasta Villa María para conseguir otro colectivo que volviera a buscar a los 18 pasajeros abandonados. 

Antonela reconoció la ayuda: “Esto no es para generalizar y meter en el mismo rango a todos los choferes, tuvimos experiencia de dos maneras de trabajar distintas”, y “la Policía se copó, ofreció café y medialunas, y cada persona llegó a su casa”.

Finalizó denunciando: “¡Lo que sucedió es gravísimo!”.

Después de la odisea, el nuevo colectivo arribó a su destino a las 8:40, varias horas más tarde de lo planeado.