Cruce entre Gran Bretaña y Argentina por vuelo a Malvinas


Autoridades isleñas acusan al Gobierno de no autorizar un chárter humanitario para que chilenos, residentes en el lugar, visiten a familiares en su país tras dos años sin verlos. Cancillería lo niega y culpa al Reino Unido.   

Un nuevo contrapunto diplomático se produjo en las últimas horas entre los gobiernos de Gran Bretaña y Argentina por un vuelo humanitario que debía llevar a ciudadanos chilenos, residentes en las Islas Malvinas, a su país de origen para visitar a familiares tras dos años sin poder hacerlo por la pandemia.
Se trata de un chárter que estaba previsto que viajara desde Chile a Malvinas el sábado 19 de marzo y regresara el sábado 9 de abril, según informaron las autoridades locales.
Por medio de un comunicado, la presidenta de la Asamblea Legislativa de las islas, Teslyn Barkman, apuntó contra el Gobierno argentino al expresar este miércoles que es “profundamente decepcionante que no se haya dado permiso a este vuelo”.
En rigor, el cuestionamiento de Barkman tiene que ver con una supuesta prohibición por parte de las autoridades argentinas del paso de ese chárter por el espacio aéreo del país.
Ésta fue una oportunidad para que las personas visitaran a familiares, que no habían visto en mucho tiempo debido a la pandemia. Seres queridos que han estado separados durante dos años y que no han podido estar con sus familias durante algunos de los momentos más oscuros y difíciles. ¿Cómo podría alguien negarles esta única oportunidad de pasar tres semanas con sus seres queridos?”, afirmó Barkman.
“Además, muchos aún necesitan renovar documentos vitales o gestionar otros asuntos personales y de salud pendientes, que también se vieron afectados por el Covid-19, y este vuelo fue la forma más directa y viable de ayudar a estas personas”, continuó.
"Podría decirse que ésta fue una pequeña decisión administrativa por parte de las autoridades argentinas, pero podría haber marcado una gran diferencia para aquéllos en nuestra comunidad. Personas que ya habían comenzado a hacer planes para viajar y que ahora se sentirán devastados de que me digan que no seguirá adelante”, agregó.
En una comunicación con Cadena 3, otro de los consejeros de las islas expresó este miércoles que se sentía “verdaderamente disgustado con el Gobierno argentino”.


Respuesta de Argentina
Por su parte, el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Cancillería argentina, Guillermo Carmona, negó las acusaciones de las autoridades isleñas y culpó a Gran Bretaña por el frustrado vuelo humanitario.
A través de una serie de publicaciones en su cuenta de Twitter, Carmona aseguró este miércoles que Argentina “se preocupó por los varados en Malvinas, cuando no lo hizo el Reino Unido”.
“Ofrecimos vuelos chárter a Ushuaia, dijeron NO. Ofrecimos a Chile, dijeron NO. Reclamamos vuelo regular Punta Arenas-Gallegos-Malvinas, NO responden. ¿Ahora la culpa es de Argentina?”, añadió el funcionario.
Una fuente de la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur en la Cancillería Argentina, consultada este miércoles a la noche por Cadena 3, dijo que el Gobierno nacional “propuso la reanudación de los vuelos desde Chile con escala en Río Gallegos”, como se venía haciendo por un acuerdo entre las partes de los años ’90, pero esta opción fue rechazada.
“Esos vuelos fueron suspendidos por el Reino Unido a causa de la pandemia y no los volvieron a hacer. Argentina reclamó por ello. Pretenden volar sin escala”, agregó la misma fuente.
Ante la consulta de por qué las autoridades inglesas no quieren los traslados con parada en el sur del país, contestó: “A eso no lo podría responder Argentina, sino el Reino Unido. Pero la medida fue tomada de manera unilateral por ellos”.
Además, aseguró que el Gobierno nacional puso a disposición un avión de Aerolíneas Argentinas para este traslado humanitario puntual, pero no fue aceptado por lo expuesto anteriormente.
En Malvinas, que tiene una población cercana a los tres mil habitantes, viven unos 300 chilenos, que se fueron radicando allí después de 1982 tras la guerra.
La única vinculación que esa comunidad trasandina tiene con su país es un vuelo que va a Gran Bretaña dos veces por semana y, de ahí, se dirige a Chile, con la consecuente complicación logística que supone ese recorrido.
Por la pandemia de coronavirus, las fronteras de las islas se cerraron y permanecieron así hasta ahora, a contramano de lo que sucede en la mayoría de los rincones del mundo, donde se han ido abriendo a medida que avanzaba la vacunación.